Teniendo como antecedente directo la cumbre celebrada en Copenhague (COP15) en diciembre del año pasado –en la cual se depositaron muchas esperanzas y sin embargo los desacuerdos políticos no permitieron llegar a un acuerdo significativo contra el cambio climático-, en esta oportunidad los mismos mandatarios llaman a “moderar las expectativas” en torno a un acuerdo global, dando por hecho que no habrá un acuerdo vinculante entre los participantes capaz de sustituir al Protocolo de Kioto.
En este post te brindamos algunas claves para entender qué se va a tratar y poner en juego en la cumbre de los próximos días.
Un punto fundamental es comprender las expectativas que se tiene sobre la cumbre. Mientras que el año pasado en la COP15 la idea era llegar a un acuerdo vinculante que sustituyera al Protocolo de Kioto, este año, conociendo que los diferentes intereses políticos aún no permitirán llegar a un convenio concreto, la propuesta es avanzar en la construcción de este tratado.
En este sentido, uno de los puntos principales a tratar será la conservación de los bosques. La deforestación –con África y América Latina como zonas más afectadas por este fenómeno- es la causante del 20 por ciento de emisiones de gases contaminantes a nivel global, por lo que se pretende que en la COP16 se logre un acuerdo en torno al plan de Reducción de las Emisiones debidas a la Deforestación y la Degradación (REDD+). Con este programa, las naciones ricas pagan a los países en desarrollo para que conserven sus bosques.
Otro de los puntos claves es el tema de la financiación. Un tema ya tratado y aún no definido por completo durante la COP15 es la creación de un “Fondo Verde” para ayudar a los países en desarrollo en la lucha contra el cambio climático y la reducción de emisiones contaminantes. Por el momento las cifras que se manejan son de 100 mil millones de dólares al año para 2020, aunque aún es necesario acordar cómo se entregará, quiénes serán los beneficiarios y cuáles serán los mecanismos de control y verificación para que se cumpla esta financiación.
La postura de los principales contaminantes de cara a un acuerdo global
Estos acuerdos se proponen en un marco de tensión y de fuertes debates entre los países más significativos dentro del acuerdo. Desde China, mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo, se expresa temor porque estos acuerdos vayan a modificar su economía, mientras que desde Estados Unidos –segundo emisor de gases contaminantes- se exige un mayor compromiso y transparencia por parte del gigante asiático.
Respecto a la reducción de emisiones, en la COP15 EEUU se ofreció a rebajar un 17 por ciento sus niveles de dióxido de carbono (CO2) respecto a 2005, lo que representa una cifra bastante menor que la propuesta por la Unión Europea, la cual se comprometió a reducir un 20 por ciento para el 2020, pudiéndose incrementar hasta un 30 por ciento.
La polarización de las discusiones, debido a intereses económicos que se ponen en juego y que priman a la hora de las negociaciones, es lo que imposibilita un acuerdo concreto para luchar contra el cambio climático. Mientras tanto la contaminación avanza y la temperatura del planeta se encuentra en ascenso, con todo lo que ello significa: falta de acceso al agua potable, fenómenos climáticos extremos, alteración en la vida de los ecosistemas, aumento del nivel del mar y enfermedades en la población.
¿Valen más los intereses particulares de cada país que luchar en conjunto contra este planeta que no queremos?
Más allá de que ya se haya descartado un acuerdo vinculante, Cancún abre una nueva posibilidad de diálogo y negociaciones de cara a la cumbre de Sudáfrica 2011. Es hora de aprovechar estas instancias para que no se vuelvan sólo una formalidad. El tiempo corre y la necesidad de un tratado para mejorar la situación del planeta no se puede hacer esperar más.
Vía tuverde.com
29/11/2010
