jueves, 9 de junio de 2011

Producen biogás por medio de excremento de perros

Investigadores del departamento de Termodinámica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Nordeste y de la Universidad Tecnológica Nacional General Pacheco, en Argentina, ensayaron con éxito la posibilidad de generar energía a través de la materia fecal canina.

Este combustible está formado por metano y dióxido de carbono y puede ser utilizado para calefacción, cocción de alimentos y generación de energía eléctrica. Además, el proceso permitiría reducir la contaminación urbana que generan esos desechos.

Las pruebas fueron desarrolladas en el laboratorio de Ensayos del Grupo de Investigación de Energías Renovables (GIDER), que trabaja en el tema de digestión orgánica desde hace casi una década, y depende del departamento de Termodinámica de la Facultad de Ingeniería de la UNNE, de reconocida experiencia en trabajos sobre biodigestión, informó el sitio especializado en ambiente, Medio y Medio

“Se utilizó el biodigestor plástico de carga única tipo batch de 20 litros de capacidad, calefaccionado mediante serpentina externa de agua caliente –explicó el ingeniero Martina, integrante del GIDER-, se cargó el biodigestor con 730 gramos de heces de perros alimentados con alimento balanceado (condición para llevar adelante el ensayo) y con agua. Se cerró el tacho y enseguida comenzó el proceso de biodigestión, produciéndose una cantidad apreciable de biogas”.

Con respecto a cómo la materia fecal canina se convierte en biogas, Martina señaló que “las bacterias anaeróbicas (sin oxígeno) y que son las que se encuentran dentro del biodigestor, descomponen la materia orgánica y la transforman en metano y dióxido de carbono.

Este proceso físico-químico es muy complejo, tarda varios días, es gradual y depende de varios factores, como la temperatura; el ph; el tipo de materia orgánica (carne podrida, bostas, orines, restos de comida, etcétera)”, enumeró. Las heces caninas mantienen una buena relación de carbono-nitrógeno, lo que generó la posibilidad de usarlas como materia prima para la elaboración del combustible.

El resultado de la prueba produjo 55,58 gramos de biogas por cada kilo de bosta canina. “Este valor se considera satisfactorio ya que el insumo -heces del perro- es abundante y gratuito”, resaltó el investigador. El primer ensayo permite ser optimista y abre las puertas a otros de mayor duración y envergadura.

La zona de estudio elegida fue la Ciudad de Buenos Aires. “Nuestro primer objetivo fue estimar el nivel de contaminación actual, por lo que, además de relevar las estadísticas disponibles, nos apoyamos en encuestas y mediciones que realizamos en el ámbito de esta ciudad”, recordó Calandra.

Las encuestas también permitieron saber el grado de conocimiento de los propietarios sobre las enfermedades asociadas a la materia fecal de sus mascotas; sobre la legislación vigente al respecto; su percepción acerca de si cree que va a ser controlado o multado; su predisposición a participar en campañas que promuevan la recolección de este residuo, entre otros puntos.

La ciudad metropolitana fue seleccionada para el análisis debido a su alta densidad de población, una gran cantidad de mascotas (1 perro cada 7,4 habitantes, siendo lo aconsejado por la OMS 1 cada 10 habitantes) y muy pocos espacios con zonas verdes, donde las heces se concentran. Con este escenario, la población más vulnerable son los niños, en especial, en edades que rondan los 4 años, por los hábitos propios de jugar al aire libre la mayor parte del tiempo y mantener un estrecho contacto con el suelo.

@Culturizando para @HoyVerde
Fuente: Ecoloquia.com

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