Aunque para muchos el cambio climático, producido por la actividad humana, sea un problema del que hemos tomado conciencia en este siglo, la verdad es que en 1799 ya se produjo el primer gran debate y, además, en EEUU, uno de los países a los que más le está costando tomar conciencia de ello.
Thomas Jefferson, considerado uno de los Padres Fundadores de la Nación, fue el tercer presidente de los Estados Unidos de América (1801-1809). Formando parte de la representación de Virginia participó en la redacción de Declaración de Independencia de los Estados Unidos (1776), intentó plasmar sus ideales republicanos y… su preocupación por el cambio climático. Jefferson llevaba mucho tiempo obsesionado con el aumento de las temperaturas y sus posibles consecuencias. Así que, el 1 de julio de 1776 comenzó a registrar, en un diario personal, la temperatura diaria, temperaturas promedio de meses y años, fenómenos climatológicos y cualquier tipo de anomalía climatológica. Todos estos datos los apoyó en conversaciones con los ancianos del lugar y la tradición oral.
En su libro Notes on the State of Virginia (Notas sobre el estado de Virginia), dejaba clara su preocupación por el aumento de las temperaturas en su estado natal y, por extensión, en EEUU.
Se está produciendo un cambio en el clima de forma notoria.
Los inviernos son mucho más moderados.
Las nieves son menos frecuentes y menos copiosas. A menudo, no se encuentran por debajo de la montañas, más de uno o dos días, y muy rara vez una semana.
Los ancianos me cuentan que la tierra solía estar cubierta de nieve unos tres meses al año y los ríos, que rara vez no se congelan durante el invierno, ahora casi nunca lo hacen.
Este cambio ha producido una fluctuación entre el calor y el frío, en la primavera de este año, lo cual es fatal para las frutas.
Y como todo Al Gore tiene su George W. Bush, Thomas Jefferson no iba a ser menos… apareció Noah Webster.
Noah Webster fue editor, periodista, escritor político y de libros de texto estadounidense, reconocido como el padre de la escolaridad y educación norteamericana. En 1799, y ante la recién creada Academia de Connecticut de Artes y Ciencias, atacó a Jefferson, en aquel momento vicepresidente de EEUU, y su teoría sobre el cambio climático. Webster cuestionó los datos aportados por la dudosa precisión de los termómetros, por ser datos tomados en lugares puntuales y sólo por una persona (recordemos que Jefferson los anotaba en un diario personal) y, además, apoyarse en las creencias populares.
La roturación de bosques para convertirlos en campos de cultivo ha dado lugar a algunos cambios microclimáticos, más ventoso y alguna variación en las condiciones climatológicas en el invierno. Pero aunque la nieve no permanezca en el suelo, no significa necesariamente que el país en su conjunto reciba menos nieve cada invierno. Tenemos, en los campos de cultivo, hoy en día la nieve profunda, y mañana no, pero la misma cantidad de nieve que cae en el bosque, se encuentra allí hasta la primavera.
Lamentablemente, y durante casi dos siglos, el discurso de Webster ha estado en vigor.
Javier Sanz - historiasdelahistoria.com
@HoyVerde
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