¿Te imaginas un método anticonceptivo que lo tomes una vez cada tres años? Se trata del implante en el brazo.
Este método cuenta con grandes ventajas: no causa molestias, evita los olvidos que se producen en la administración de los anticonceptivos orales y tiene un 99% de efectividad.
¿De qué se trata?
Este anticonceptivo es una varilla (como la que se ve en la fotografía) de 4 centímetros por dos milímetros, que se implanta bajo la piel del antebrazo. Esta implantación la realiza un médico, y él mismo lo puede retirar, en el momento en que la mujer ya no desee estar constantemente protegida contra el embarazo.
¿Cómo actúa?
Este método es efectivo porque la varilla mencionada contiene una hormona llamada etonogestrel, que protege del embarazo.
¿Tiene efectos secundarios?
Puede tener algunos efectos, como el dolor de cabeza, pero desaparecen generalmente a los tres meses. Otros posibles efectos son: depresión, tensión mamaria, irregularidades en el ciclo, y quistes ováricos.
¿Cuándo no usar este método?
No debes optar por el implante si estás embarazada, si te dan miedo los procedimientos quirúrgicos, aunque sean menores, o si tienes un sangrado vaginal irregular.