En una de las clases que tomo en Coursera, conocí a Pavel Brilliant, un emprendedor ucraniano que combina con maestría la sencillez, la brillantez y espontaneidad. Recuerdo que en nuestras primeras conversaciones me contaba entusiasmado sobre los negocios que hacía y lo orgulloso que estaba de ser su propio jefe. Yo pasaba por uno de esos períodos de "toy jarta de ser empleada", por el que pasa todo empleado explotado y mal pagado así que, mientras me contaba, yo moría de envidia.
Entre una conversación y otra pasaban varias semanas pero, dado que tenemos varios intereses en común, siempre es un placer hablar con él. En eso llegó la guerra en Ucrania y revolvió todo, la vida de Pavel y mi actitud ante mi propia vida.
De este lado hemos sido testigo de las determinaciones de Putin y el drama humando en Ucrania, lo vemos con mucha pena, pero tan lejano como si se tratara de una producción hollywoodense.
Yo también lo veía así, un episodio muy triste, pero muy ajeno. Hasta que tuve oportunidad de volver a conversar con Pavel. Esa realidad que sentía tan lejana, era el diario vivir de alguien a quien ya consideraba de los míos y su actitud ante aquel drama de vida me han hecho reconsiderar todas mis quejas ante la realidad que me ha tocado vivir.
"We are having some problems because of war in Ukraune, so I cannot tell that everithing is great this time"
Así empezó a contarme cómo las cosas habían cambiado. Los negocios están colapsando, todos los precios han subido al doble, los salarios son dos veces más bajos, la moneda se ha devaluado de forma escandalosa, no habrá gas en muchas de las ciudades en invierno (ya podrán imaginar las implicaciones de esta situación, porque un invierno en Ucrania no es poca cosa) por las políticas de gobierno en contra de Rusia, las fronteras están cerradas para los hombres que pueden ser reclutados por el ejército y el territorio de guerra se ensancha día a día.
Qué se supone que le diga uno a una persona que se encuentra en esa situación? Cómo alentarle cuando yo misma me imagino en una situación similar y me pongo en estado de shock. El año pasado había sido un año grandioso para él, se la había pasado viviendo entre trenes y hoteles, haciendo negocios por toda Ucrania. Ahora su país es una cárcel que pinta todos los días un panorama más sombrío. La verdad, no sabía qué decirle.
Es unan situación verdaderamente compleja, sin embargo, termina su descripción de la situación diciendo:
“Don't mind. I Think I'll come up with something about to do. It always happens"
No se sintió desgraciado por vivir allí, no culpó al destino por la guerra, no me dijo nada depresivo o desesperanzador. Simplemente era un momento difícil que pronto encontraría la manera de superar. Su actitud me ha puesto a reflexionar sobre la forma en que encaramos la dificultad, las cosas a las que llamamos dificultad y que no dan ni por el tobillo a la situación actual de Pavel.
No solo nos volvemos un mar de quejas cuando las cosas van mal, sino que ahora se presenta como una opción el suicidio. Es muy preocupante la perspectiva desde la cual se ha enfocado el suicidio del actor Robin Williams y el gesto heroico que hemos puesto a un mensaje de despedida que anda por ahí con cortos de sus películas. Me encantaba ese actor, seguiré disfrutando de sus películas como el primer día pero su suicidio me da tristeza por él y me preocupa por la forma en que se ha presentado ante el mundo. No debe ser una opción.
Muchos planes no funcionan, Murphy insiste en acompañarnos más de lo que debería, la vida nunca ha sido el ideal que Disney y Hollywood nos ha sembrado en la cabeza y no hay que volverse locos por eso. Al contrario, la dificultad lo que nos hace crear donde no hay, descubrir posibilidades que jamás hubiéramos imaginado y vivir un sueño mejor que el que aparece cuando cerramos los ojos.
No es fácil, pero es una vida. Muchos quisieran el chance que estamos viviendo
Por Fiores Florentino @Fioresita
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