Para llegar a esta conclusión, durante 6 meses los autores del estudio analizaron la relación entre los volúmenes de vino y cerveza adquiridos por los clientes de dos supermercados daneses y el contenido del resto de su carrito de la compra, lo que supuso en total revisar 3,5 millones de compras.
De este modo identificaron que los compradores habituales de vino también adquirían más cantidad de aceitunas, frutas, verduras, leche, queso bajo en grasas y carne de pollo y pavo. Sin embargo, quienes adquirían más cantidad de cerveza estaban también más predispuestos a llevarse también a casa platos preparados, patatas fritas, mantequilla y margarina, salsas, bebidas azucaradas y azúcar.
En definitiva, los compradores (y presumiblemente consumidores) de vino se llevaban a casa más alimentos saludables que los que compraban cerveza. Un dato a tener en cuenta dado que tanto el vino como la cerveza tienen propiedades nutritivas y antioxidantes que hacen que su consumo moderado sea saludable.
Con información de: Agencias | Culturizando