De acuerdo con Kee-Hong Kim, profesor asistente de ciencia de los alimentos, cuando pones proteínas y azúcares a altas temperaturas se produce una reacción química, la cual crea el sabor y la textura que no son tan agradables en estos alimentos. Sin embargo, las proteínas glucosiladas que surgen de esta acción están involucradas en el desarrollo de enfermedades relacionadas con la edad, como las cardiovasculares."
Esto no es lo único, una investigación realizada por la Universidad de Estocolmo de Suecia, y publicada en la European Food Information Council, destaca que existe otro elemento que puede dañar la salud: la acrilamida.
Ésta se puede formar en algunos alimentos durante el proceso de calentamiento, cuando se alcanzan temperaturas de 120°C o más al freír, tostar o asar; por ejemplo, las patatas fritas caseras y empaquetadas, las galletas dulces y saladas, el pan tostado y los cereales de desayuno.
En su estudio Kim encontró que el consumo constante de alimentos excesivamente quemados o fritos, interfiere con el proceso que elimina las células grasas inmaduras, con lo que a largo tiempo la persona genera una acumulación difícil de reducir.
Lo ideal no solo es evitar que se cocine de más el alimento sino tratar de mantener una dieta balanceada con una dosis de ejercicio diario. ¡Cuídate!
Con información de: Agencias | Salud 180
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