lunes, 5 de septiembre de 2016

El amor sí duele (¡literalmente!)

El amor y el desamor nos pueden lastimar al punto del llanto, pero según revela la ciencia, ese dolor es algo tan real que se manifiesta como dolor físico.

Y es que el rechazo de una pareja durante un proceso de separación o ruptura activa regiones del cerebro asociadas con el dolor físico, de acuerdo con un nuevo estudio.

"El rechazo duele, literalmente", dijo el investigador y neurólogo Edward Smith, de la Universidad de Columbia, a LiveScience.

Hace unos meses se dieron a conocer los resultados de otra investigación en la que se comprobó que el amor es como una droga, pues dicho sentimiento activa partes en el cerebro asociadas con la motivación, la recompensa y los deseos adictivos. Pero como durante años la gente ha descrito la tristeza de perder un amor usando la palabra "dolor", el equipo de Smith quiso averiguar qué tanto de cierto tenía esta "dolorosa" sensación.






Desde el punto de vista de la evolución, la sensación de dolor físico luego de un rechazo hace sentido, ya que ser alejado de un grupo puede conducir a una extrema vulnerabilidad en tu entorno, dijo Smith.

Y no sólo se trata de la experiencia de ser 'dejado'. Los malos recuerdos también pueden causar un dolor intenso, según los hallazgos de esta investigación.


Sobre el estudio

40 voluntarios participaron en la investigación. Todos ellos habían terminado una relación de pareja en los últimos seis meses, y en ninguno de los casos la ruptura había sido iniciativa suya. Los investigadores les realizaron escaneos cerebrales, al tiempo que los participantes miraban fotos de sus ex parejas y de sus amigos. Se les pidió que recordaran experiencias vividas con las personas que aparecían en las fotos.

Para comprobar la existencia del dolor físico provocado por el amor/ desamor, a los participantes se les sometió a otra prueba en la que a través de sondas en los brazos, se les dieron 'descargas dolorosas', a través de calor. El propósito fue comparar la actividad cerebral que se produjera ante las sensaciones físicas de dolor.

El resultado fue que las mismas áreas del cerebro se activaron cada vez que los sujetos experimentaron dolor físico, ya fuera provocado por las sondas de calor o por las emociones ligadas a los recuerdos de la ruptura.

¿Y qué es lo que nos deja este estudio? Según sus autores, sabiendo lo que saben ahora, es posible que puedan descifrarse nuevas maneras de ayudar a la gente, para que sea posible aliviar el dolor que produce una ruptura amorosa.