En el experimento, dirigido por la directora de Farmacología de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Nueva Gales del Sur, Margaret Morris, se encontró que además de un visible aumento de peso en las ratas con una dieta basada en el consumo de alimentos chatarra, se redujo la motivación en la ingesta de alimentos equilibrados.
El equipo de investigadores enseñó a los roedores jóvenes (macho) a asociar dos sonidos diferentes con un sabor de agua particular - cereza o uva. Las ratas acostumbradas a comer saludablemente lo dejaron cuando consideraron que un sabor era excesivo.
Este es un mecanismo innato, común entre los animales, que se protegen contra el exceso de comida, promoviendo una dieta sana y equilibrada. Sin embargo, después de sólo 2 semanas de llevar un dieta con 150% más calorías en alimentos altos en grasas y azúcares (como pasteles, pays y galletas), el peso de los roedores aumentó en 10% y su comportamiento cambió dramáticamente.
Los animales adoptaron conductas indiferentes en sus elecciones de alimentos y no evitaron el consumo excesivo de un mismo sabor a pesar de la alerta de sonido. Esto indica que las ratas habían perdido su preferencia natural por la novedad. Aunque las ratas regresaron a su dieta saludable, este cambio en la conducta se prolongó durante algún tiempo.
Los investigadores creen que el consumo de una dieta chatarra provoca cambios duraderos en el área cerebral encargada de la toma de decisiones y en las partes del circuito de recompensa de las ratas. Como estos circuitos del cerebro son parecidos en todos los mamíferos, los científicos consideran que sus descubrimientos pueden tener similitudes en la capacidad que las personas tenemos para limitar nuestro consumo de ciertos tipo de alimentos
"Lo interesante de esto es que si lo mismo sucede con los seres humanos, comer comida chatarra tal vez influye en nuestras respuestas hacia las señales asociadas con la recompensa de comida. Es como si después de haber comido helado, aún quieres más cuando escuchas al camión de los helados”, aseguró la profesora Morris.
La Organización Mundial de la Salud estima que más de 10% de la población mundial adulta es obesa y al menos 2.8 millones de personas mueren cada año como consecuencia del sobrepeso o la obesidad. El sobrepeso y la obesidad son los principales factores de riesgo para un número de enfermedades crónicas, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.
"A medida que la epidemia mundial de obesidad se intensifica, los anuncios pueden tener un efecto mayor en las personas con sobrepeso, haciendo que comer chocolate sea difícil de resistir ", indicó la Dra. Amy Reichelt, autora principal del artículo y miembro de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia.
Con información de: Agencias | QUO
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