El proyecto de la Universidad de Kuopio en Finlandia ha estudiado los diarios del estado de salud de casi 400 niños y apuntan a que la presencia de perros es beneficiosa para ellos, al menos en sus primeros doce meses de vida. En ese tiempo, apuntan a que sufren un 30% menos de enfermedades respiratorias como catarros, tos y rinitis. Además, las infecciones de oido en los bebés con mascota se reducen en un 50%.
El estudio ha descartado otros factores como hermanos mayores, padres asmáticos o entornos con fumadores en la casa. Según las conclusiones, la presencia de gatos supone una protección para los niños, aunque en menor medida que la de los perros.
Por otra parte, los científicos han concluido que los bebés que crecen con perros no solo enferman menos, sino que se curan antes y que necesitan un menor tratamiento antobiótico. La hipótesis que manejan apunta a que la presencia de perros «puede ayudar a madurar el sistema inmune y lleva a respuestas más eficaces».
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