"Usar un teléfono celular no conlleva el mismo tipo de estigma negativo que estar sentado en el sofá viendo la tele, pero puede ser igual de malo", señaló el coautor del estudio, Jacob Barkley, profesor asociado de ciencias del ejercicio de la Universidad Estatal de Kent, en Ohio.
El estudio halló que los estudiantes pasaban en promedio casi cinco horas al día con el teléfono celular, y enviaban cientos de mensajes de texto al día, apuntó Barkley.
Los celulares, también conocidos como smartphones, se han convertido en dispositivos multifunciones con capacidades similares a las de una computadora conectada a internet. Casi en todos los lugares y todo el tiempo, los usuarios pueden no solo realizar llamadas y enviar mensajes de texto y correos electrónicos, sino que también pueden interactuar con Twitter, hacer búsquedas en internet, ver videos y eventos en vivo, y jugar videojuegos y juegos de otros tipos.
Todas esas actividades son esencialmente sedentarias, anotaron los investigadores.
A pesar del hecho de que los teléfonos celulares son dispositivos móviles, pueden hacer que las personas vayan más lentamente, apuntó Barkley. Las personas caminan más lentamente mientras envían mensajes por el celular de camino a la parada del autobús, intentando hacer dos cosas al mismo tiempo. Cuando van a correr al parque, se detienen para ver los mensajes, revisar el horario del cine y quedar con alguien. Al caminar ante una escena bonita, se detienen para tomar una foto y entonces se la envían a sus amigos a través de Facebook.
"Antes de saberlo, uno se ha caído en ese pequeño agujero negro y se sienta en el parque, jugando con el teléfono", advirtió Barkley.
Los smartphones tienen una enorme capacidad de cambiar los estilos de vida y los hábitos de salud de las personas de forma significativa, concurrió una experta en salud pública.
"Tenemos que considerarlo de forma similar a lo que sucedió en la revolución industrial, y cómo nos cambió", planteó Nancy Copperman, directora de iniciativas de salud pública del Sistema de Salud North Shore-LIJ, en Great Neck, Nueva York. "Un estudio como este resalta la importancia de cómo esta tecnología afecta la forma en que nos movemos, comemos y dormimos. Tenemos que observar el impacto de la tecnología sobre nuestra salud".
Copperman dijo que el uso empedernido de los teléfonos celulares puede hacer que la gente coma sin pensar, como ocurre con la televisión. Si usa un teléfono celular durante gran parte del tiempo que está despierto, a veces tiene que comer mientras usa el dispositivo, dijo.
El uso del celular también puede afectar el sueño, anotó Barkley, coautor del estudio. Dijo que se sabe que algunos estudiantes han enviado mensajes mientras duermen y luego no recuerdan lo que han hecho al despertarse.
Copperman dijo que le preocupa que aunque este estudio se enfocó en estudiantes universitarios que tenían unos 20 años de edad, muchos de los estudiantes de primaria de hoy en día están igual de atados a sus teléfonos celulares. "Esto probablemente también afecte la actividad física de niños más pequeños", advirtió.
Para el estudio, los investigadores encuestaron a más de 300 estudiantes universitarios sobre el uso que hacían del teléfono celular, las actividades de tiempo libre y la actividad física. Luego, 49 estudiantes usaron una prueba de cinta caminadora para evaluar la condición física de sus corazones y pulmones.
En ese grupo, los que pasaban mucho tiempo usando el teléfono celular (hasta 14 horas al día) tenían una peor condición física que los participantes que solo los usaban, en promedio, unas 1.5 horas al día.
Los hallazgos tomaron en cuenta factores como el sexo, el porcentaje de grasa corporal y la "autoeficacia", que es la confianza de los participantes de que podían ser activos en una variedad de ámbitos, explicó Barkley.
Los usuarios de teléfonos celulares de alta frecuencia tendían a reportar participación en actividades más sedentarias que los usuarios de baja frecuencia. Los investigadores dijeron que los usuarios frecuentes del celular también podrían verse atraídos por otras formas de medios digitales, como la televisión, las películas, las computadoras y los videojuegos.
Sin embargo, la investigación no puede concluir que los teléfonos celulares hagan que las personas estén en peor forma física, reconoció Barkley. "Quizás las personas en peor condición física usan más los teléfonos celulares", señaló.
Copperman ofreció algunos consejos prácticos. Cree que los padres deben monitorizar no solo lo que sus hijos hacen con los smartphones, sino también la frecuencia con que los usan. Los adultos también deben comenzar a vigilarse a sí mismos, sugirió, para darse cuenta de si interrumpen la actividad física al usar el teléfono o si hacen del teléfono celular su compañero de mesa en la cena.
"Las personas deben dedicar menos tiempo a la tecnología celular para una mejor calidad de vida", recomendó Copperman.
El estudio aparece en una edición en línea reciente de la revista International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity.
Con información de: Agencias | HealthDay | Hispanicare
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