El estudio se realizó de julio de 2005 a julio 2007 con 307 niños de entre 2 y 18 años a los que se les diagnosticó obesidad severa, de los que 255, un 67 %, presentaban algún riesgo vascular.
Los investigadores hallaron que parte de los niños presentaban, en un menor porcentaje, incluso dos o más factores de riesgo: el 17 % aunaban dos, el 9 % tres y un 3 % cuatro o más.
Más de la mitad de los niños presentaban hipertensión (un 56 %) y HDL-Colesterol bajo (54 %), mientras que el 14 % tenía un alto nivel de glucosa en sangre y un 0,07 sufrían diabetes de tipo 2.
Este tipo de diabetes, la más frecuente, está estrechamente ligada a los estilos de vida y se presenta cuando el cuerpo no puede procesar la insulina adecuadamente.
Entre los niños, que representaban 161 casos de los 307 analizados en el estudio, los menores de 12 años (límite de la infancia) sufrían más obesidad severa que los adolescentes, al contrario de lo que ocurren con el cupo femenino.
No obstante, el factor de riesgo cardiovascular era más común en los adolescentes que en los niños, sobre todo en cuestión de triglicéridos y HDL-Colesterol.
Por lo que respecta a las chicas, el HDL-Colesterol sufre más desajustes en las adolescentes que en las niñas.
Los hombres sufren más por triglicéridos, además de ser un mayor número en los casos analizados, el 52 % del total.
El estudio destaca también el crecimiento del sobrepeso, incluida la obesidad entre los niños en Holanda en las últimas tres décadas, al aumentar de un 5,1 % hasta un 13,3 % entre los chicos y de un 7,2 % a un 14,9 % entre las chicas de 1980 y 2009.
La obesidad aumentó aún más, según el informe, ya que en el mismo periodo pasó de un 0,3 % a un 1,8 %, en chicos y de un 0,5 % a un 2,2 %, en chicas.
El 60 % de los casos estudiados con obesidad severa son holandeses y el 40 % restante son extranjeros, entre los que destacan los menores de origen turco (14 %) y marroquí (8 %), que presentan una tasa mayor de obesidad infantil respecto al resto de la población del país.
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