John Denninger, un investigador del Instituto Benson-Henry del Hospital General de Massachusetts(Estados Unidos), demostró que las así llamadas técnicas mente-cuerpo, entre las que también se incluyen las prácticas de yoga, pueden activar los genes vinculados con el sistema inmune, informa 'Bloomberg'.
El estudio, que duró cinco años se enmarca en una serie de investigaciones anteriores y se centra por primera vez en los pacientes con altos niveles de estrés.
Basándose en tecnologías genómicas y de neuroimagen, los investigadores lograron analizar con más detalle los cambios fisiológicos que se producen en el organismo cuando se practica yoga.
"Hay un efecto biológico real", afirma Denninger, uno de los pioneros en este área. "Los procesos que se producen cuando se medita tienen efectos en todo el cuerpo, y no sólo en el cerebro", señala.
Así, las prácticas de meditación bastan para mejorar la expresión genética implicada en el metabolismo y la secreción de insulina, así como para reducir la expresión genética relacionada con la respuesta inflamatoria y el estrés. Incluso se registraron efectos entre los novatos, subrayan los científicos.
Según Denninger, los resultados de sus estudios podrían llevar a los médicos a replantearse el uso de métodos alternativos para hacer frente a ciertos enfermedades inducidas por el estrés, desde la hipertensión o depresión hasta el proceso de envejecimiento.
Mientras tanto, Harvard no es el único centro científico donde ya se examinan los efectos beneficiosos de yoga.
En un estudio publicado el año pasado, la ganadora del Premio Nobel Elizabeth Blackburn y científicos de la Universidad de California demostraron que 12 minutos de meditación al día durante ocho semanas aumenta la actividad de la telomerasa en un 43%, lo que sugiere una mejora en el envejecimiento inducido por el estrés.
Con información de: Agencias | Radiomundial
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