1. Mejora la autoestima.
Desde el aspecto psicológico, una buena actividad sexual eleva la autoestima, lo que permite estimular la creatividad, promover el autoconocimiento y revitalizar el ánimo.
2. Afianza el amor en la pareja.
La liberación de oxitocina, conocida como la “hormona del cariño”, producida como efecto de las caricias, contribuye a afianzar el amor en la relación. El cuerpo genera una química no sólo a partir de la relación sexual, sino además a raíz de una situación psicológica, como la de sentirse aceptado y querido.
3. Previene enfermedades.
En plena intimidad, el organismo entra en una “revolución química” que fortalece el sistema inmunológico en la medida que mejora la función de los linfocitos, células blancas ligadas a las defensas contra las enfermedades.
4. Mejora la circulación.
Favorece la vasodilatación y la liberación de óxido nítrico a nivel del endotelio: beneficia las arterias.
5. Preserva la función orgánica de los genitales.
En el caso de los hombres, una vida sexual activa oxigena y mantiene la circulación y la estructura muscular del pene.
6. Ayuda a dormir mejor.
Un orgasmo es colinérgico, endorfínico y relajan. El cuerpo genera endorfinas, un neurotransmisor con propiedades sedantes y analgésicas. Y cuando pasó lo mejor , los neurotransmisores parecen decretar una especie de “toque de queda”, lo que permite una función reguladora del sueño, una especie de efecto somnífero.
7. Mantiene el deseo.
El acto sexual permite conservar en equilibrio los niveles de testosterona, una hormona que predispone y motiva el deseo.
8. Regula el estrés.
Según especialistas, disfrutar del sexo disminuye los niveles de ansiedad.
9. Ayuda a regular el ciclo menstrual.
Estudios de la universidad de Columbia, en los Estados Unidos, demostraron que las mujeres que tienen sexo por lo menos una vez por semana, poseen un ciclo menstrual más regular.
10. Aumenta la expectativa de vida.
Mantener sexo regularmente a lo largo de la vida contribuye a vivir más, según un estudio de la Universidad de California. Los expertos creen que la pérdida de líbido es indicio de ciertas dolencias, mientras que el deseo es signo de buena salud.
Con información de: Agencias | Selecciones
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