Te presentamos 15 animales con una curiosa y alocada vida sexual.
Hipopótamos: Aunque parecen inofensivos, los hipopótamos son sumamente agresivos y además tienen otras conductas sumamente repulsivas, especialmente cuando quieren reproducirse, escribe Amanda Green en mental_floss. Debido a la gran competencia y a las pocas hembras disponibles, los machos han desarrollado una extraña, pero al parecer efectiva estrategia. Para atraer a una hembra, los hipopótamos defecan y orinan al mismo tiempo que giran sus colas para esparcir su aroma en el lugar y sobre ellos.
Percebes: Todos sabemos que las relaciones de larga distancia son difíciles, pero esto no es imposible para el amor, especialmente si eres un crustáceo marino. Estos organismos están anclados a una roca o a un barco por lo que aparearse parece un problema; sin embargo, esta especie es hermafrodita y puede tener relaciones sexuales con su lejana, o no tan lejana, alma gemela. Su pene puede extenderse ocho veces el tamaño de su cuerpo, convirtiéndolo así en el ser vivo con el genital más largo del reino animal.
Chinches: Estos animales no tienen tiempo para el romance, ellos van a lo que van. El macho simplemente apuñala a la hembra en el estómago y libera su esperma en su sistema circulatorio. Las hembras se recuperan del piquete gracias a una región especializada que se encuentra en su abdomen y que cura la herida; no obstante, si un macho recibe un pinchazo accidental, muere.
Mantis religiosas: El amor puede hacerte perder la cabeza literalmente si eres una mantis religiosa. Después del cortejo, la hembra cederá a las galanterías del macho para la fertilización, pero a veces, la hembra morderá la cabeza del macho, especialmente si tiene hambre. Algunos científicos creen que hace esto hace que el acto sea más eficaz, aumentando las posibilidades de la reproducción. Sin embargo, esto no puede ser nada bueno para el macho.
Lophius piscatorius: Estas misteriosas criaturas que habitan en las profundidades marinas tienen uno de los comportamientos sexuales más extraños descubiertos por la ciencia. El Lophius piscatorius, o rape, tiene una gran percepción olfativa, pero pierde su sistema digestivo cuando alcanza la adultez, por lo que rápidamente debe encontrar pareja o morirá. Cuando el pequeño pez encuentra una hembra, la muerde y se adhiere a ella permanentemente, convirtiéndose inmediatamente en un parásito cuya única misión es fecundar los óvulos hasta que la muerte de la hembra los separe. Pero esto no es todo, se ha descubierto que una hembra puede tener hasta seis de estos machos inútiles adheridos a su cuerpo.
Platelmintos: ¡En guardia! Los platelmintos, al igual que la gran mayoría de los organismos acuáticos, invertebrados, son hermafroditas, es decir, que tienen ambos aparatos reproductivos y pueden tomar el papel de hembra o macho. Pero, ¿cómo deciden quién será el papá y quien la mamá? Fácil, con una batalla de esgrima entre sus penes (algunos animales tienen dos). El ganador será quien pueda insertar su pene en su contrincante para depositar su esperma en él. El vencido deberá resignarse al embarazo y al alumbramiento de las crías.
Patos: Los machos y las hembras tienen genitales en forma espiral que deben encajar correctamente como una llave en una cerradura. El pato de lago argentino, por ejemplo, tiene genitales que miden casi lo que su propio cuerpo, unos 17 cm de largo. El apareamiento de estas aves es sumamente extraño y las hembras son difíciles de conquistar. Los patos deben usar sus penes para captar la atención de las hembras y cuando por fin los introducen, limpian los residuos de espermatozoides previos de los conductos femeninos.
Puercoespines: Las hembras tienen un periodo de apareamiento de sólo unas horas al año. Para averiguar si una hembra está de ánimo, el macho se para sobre sus patas traseras y orina sobre ella. Si la hembra sacude la orina, no pasará nada; pero si ella se tira de espaldas, exponiéndose ante el macho, entonces ahí habrá acción que durará hasta que ambos especímenes estén agotados.
Babosas de Plátano (Dolichopallus): Estos animales son una especie de gusanos que realmente lucen como plátanos y son las segundas babosas más largas en el mundo. Además de ser hermafroditas, estos animales tienen penes que miden la longitud de sus cuerpos, entre 15 y 20 cm (no por nada su nombre en latín significa “pene gigante”) pero a diferencia de muchos organismos, éstos están en sus cabezas. Cuando se aparean, ambos animales introducen sus penes en sus compañeros, los cuales deben de tener un tamaño similar para que el pene quepa perfectamente. Sin embargo, por razones que aún desconocen, este tipo de gusanos mastican el pene de su pareja. Los científicos creen que esta conducta sirve para que los animales no puedan reproducirse con otro compañero, dejándolo como hembra solamente.
Abejas: En las colmenas, existen abejas hembra (obreras) y abejas macho (zánganos). El único propósito de los zánganos es fertilizar a la abeja reina. Pero en este proceso, perderán sus penes y morirán. En el acto, los zánganos se mueven alrededor de la reina, quien recolectará todo el esperma posible para utilizarlo durante toda su vida. El encuentro tiene lugar en el aire y el zángano penetrará a la reina tan fuertemente que su pene se despegará de su cuerpo quedando insertado dentro de la hembra para formar un tapón que evite la fertilización de otros zánganos. No obstante, la reina se apareará con otros especímenes y los machos morirán poco después de copular.
Insectos Serinethinae: Un animal no siempre se sacrifica a si mismo por cuestiones evolutivas. Esta plaga de pequeños insectos se adhieren por el trasero de su pareja durante el apareamiento que dura hasta 11 días. Incluso, algunos de ellos no se separarán hasta que la hora de que la hembra ponga sus huevos. Y una vez que el acto ha concluido, más apareamiento. Con razón, esta plaga nos invadido tan rápida y repentinamente.
Serpientes de jardín (Thamnophis): Después de la hibernación, las serpientes hembra secretan una feromona que a los machos. Cientos de machos se unen para formar una gran orgía. Los machos cuentan con dos penes, uno a cada lado de su cuerpo lo que le facilita la penetración a la hora de la cópula.
Medusas: Similar a las parejas de Tinder, las medusas hembra y macho nunca se encuentran cara a cara, pero esto no les impide tener bebés. Los machos liberan los espermatozoides en el agua a través de sus bocas y las hembras mantienen sus óvulos en bolsas cerca de sus bocas. Así que cuando nadan, el esperma entra por sus bocas hasta sus estómagos. Cuando las crías están listas, abandonan a su madre en forma de larvas y se adhieren a una superficie dura para poder sobrevivir.
Caracoles: En la carrera por reproducirse, los caracoles de jardín se aparean durante un máximo de 6 horas antes alcanzar el clímax. Durante este tiempo, los caracoles expulsarán un moco lleno de calcio que aumentará la cantidad de semen que quedará dentro de la hembra. Los genitales de estos animales están justo detrás de sus largos ojos, por lo que no pueden ver lo que hacen y en muchas ocasiones sus disparos no alcanzarán su objetivo.
Argonautas: Estos moluscos les darán algo más valioso a sus parejas que su corazón, sus penes. Los espermatozoides se almacenan en un tentáculo especial y cuando un argonauta macho encuentra una compañera, simplemente libera el tentáculo y se lo manda a su enamorada. Los machos sólo se aparean una vez en la vida, por lo que no necesitan sus genitales de nuevo. Así que deben de encontrar a la hembra indicada antes de dejar ir su preciado pene-tentáculo.
Con información de: Agencias | Quo.mx
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