Diversos estudios han constatado que la mujer es más bella y atrevida durante la ovulación. Ahora, una nueva investigación llevada a cabo por las universidades de Cambridge y Northumbria (Reino Unido), recalca además que durante este ciclo fértil el rostro de las mujeres también tiende a sonrojarse a pesar de que el ojo humano sea incapaz de captarlo. El estudio ha sido publicado en la revista Plos One.
Se trata del estudio más completo sobre rostros femeninos durante el ciclo de ovulación. En él, los investigadores fotografiaron las caras de 22 mujeres universitarias sin maquillaje durante todos los días de al menos un mes, siempre en el miso entorno y utilizando una cámara científica modificada para captar con mayor precisión los colores (como las cámaras empleadas para estudiar el camuflaje animal).
Una vez realizadas todas las fotografías, sometieron los archivos a un software de identificación de pequeños matices en las fotos, convirtiendo las imágenes a valores RGB (rojo, verde y azul) para medir los niveles de color y sus correspondientes cambios. Los científicos descubrieron que existía un enrojecimiento significativo en todo el ciclo de ovulación, alcanzando un tono máximo en el periodo de máxima fertilidad, permaneciendo este enrojecimiento de la piel durante las últimas etapas del ciclo. Una vez comenzada la menstruación, esta coloración desaparecía.
Según los científicos, estos cambios sutiles en el color de la piel, con una gama de color no detectable por el ojo humano, pueden significar que en el pasado, este enrojecimiento facial de las mujeres fuera una señal involuntaria de fertilidad óptica pero que, con el paso de la evolución, mostrar físicamente signos de máxima fertilidad no resultó ser algo beneficioso y la ovulación se hizo menos visible conforme pasaron las generaciones.
De hecho, en el mundo animal, concretamente entre los primates, los machos solo muestran interés sexual por las hembras cuando estas parecen encontrarse en período fértil. Como la conducta sexual de los humanos no está vinculada, o al menos no se limita, a la fertilidad, esta señalización involuntaria es innecesaria.
“Habíamos pensado que el color de la piel facial podía ser una señal hacia el exterior para anunciar la ovulación, como lo es en otros primates, pero este estudio muestra que el enrojecimiento facial no es lo que los hombres ven, aunque podría ser una pequeña pieza de un rompecabezas mucho más grande”, explica Hannah Rowland, coautora del estudio.
Con información de: Agencias | Muy Interesante
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