La gimnofobia es conocida también como el miedo a la desnudez. El temor irracional que experimentan los gimnofóbicos constituye una
patología y supone una limitación. El problema les impide disfrutar de
una vida sexual sana, pero también de actividades de la existencia
cotidiana, como ir a la playa o al médico, en las que es necesaria
cierta exposición corporal.
Por
influencia cultural del psicoanálisis, se tiende a pensar que esta fobia
proviene de un trauma. Pero en realidad no suele ser así. La gimnofobia
es causada por esquemas cognitivos erróneos –por ejemplo, por la
excesiva tendencia a compararse con los demás– o emociones poco
adaptativas, caso de la necesidad compulsiva de satisfacer las
expectativas ajenas para sentirse querido. Esto lleva a una excesiva
autocrítica que impide aceptar nuestro propio cuerpo.
En
muchos casos, de hecho, este problema acaba derivando en trastornos
dismórficos corporales en los que la persona se obsesiona con alguna
parte de su anatomía y puede llegar a tergiversar completamente la
realidad física. El tratamiento más eficaz es la psicoterapia. Una
mezcla entre técnicas de relajación y desensibilización sistemática o
acercamiento progresivo a los estímulos temidos.
Con información de: Agencias | Muy Interesante
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