A pesar de que algunos edificios ahora han implementado ‘estrategias verdes’ o sustentables para mejorar la calidad del aire al interior, investigadores aún se preguntan acerca de los riesgos a las salud potenciales de varios materiales y condiciones químicas en los habitantes de los edificios.
De acuerdo a un nuevo estudio, de la Escuela de Salud Pública de Harvard, la mala calidad del aire en edificios convencionales puede reducir las funciones cognitivas de quienes están dentro de estos.
En la investigación, 24 trabajadores pasaron seis días trabajando en una oficina con ambiente controlado (los días del estudio se encontraban dentro de la mitad de la semana para evitar los efectos mentales que tienen los lunes y viernes). Cada día los investigadores cambiaron los niveles de dióxido de carbono y compuestos volátiles orgánicos – que llegan a lugares de trabajo convencionales por medio de cosas como fugas en la ventilación u hornos, los productos para limpiar los pisos o pintura.
Los voluntarios no sabían el tipo de aire que estaban respirando cada día, pero por la tarde realizaban una prueba que calificaba sus funciones cognitivas, directamente aplicables a las habilidades necesarias en un ambiente de trabajo.
Los resultados fueron abrumadores para los investigadores. En los días cuando la calidad del aire contenía menos dióxido de carbono y compuestos orgánicos volátiles el desempeño de los participantes fue 61% mejor.
El reporte, publicado en el diario Environmental Health Reports, indica que la calidad de aire tiene un gran impacto en el rendimiento cognitivo – al menos a corto plazo.
Aunque algunos químicos como los asbestos son conocidos por causar problemas pulmonares al ser inhalados con el paso del tiempo, aún no hay muchas respuestas acerca de sus efectos cognitivos. En estudios futuro, los investigadores esperan probar la calidad del aire en oficinas reales para medir los efectos a largo plazo de varios contaminantes.
Con información de: Agencias | Muy interesante
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