Un reciente estudio llevado a cabo por psicólogos de la Universidad de Missouri-Columbia (EE.UU.) ha concluido que las personas que se dejan llevar por su intuición o el instinto (“tener una corazonada”), son menos propensas a cometer actos inmorales -como una infidelidad- en comparación con aquellos que tienden a dejar de lado su intuición.
“Algunas personas confían en sus instintos cuando se toman decisiones, mientras que otras personas son menos dependientes de ellos y no prestan mucha atención a destripar los sentimientos. Estábamos interesados en el estudio de cómo las diferencias individuales en la intuición afectan el comportamiento moral y a otros resultados relevantes”, explica Sarah Ward, líder del estudio.
Para su estudio, Ward realizó dos experimentos con más de 100 participantes de los que la mayoría eran mujeres. Tras someterse a un cuestionario acerca de su tendencia a confiar en la intuición, los voluntarios tuvieron que imaginar que habían actuado con poca moral en su entorno de trabajo, culpando de un error suyo a otro compañero. El mismo experimento se repitió con el grupo de control pero cambiando la conclusión: tenían que imaginarse que habían asumido su fallo.
Estudios anteriores habían planteado que realizar un acto inmoral hace que las personas se sientan “sucias” y tiendan, por ejemplo, a pagar más por algo para sentirse mejor: “Si te sientes mal por una transgresión moral, es posible que tengas ganas de quitarte ese peso de encima, de limpiarte; nuestro estudio encontró que los participantes que eran más dependientes de la intuición estaban dispuestos a pagar más por el jabón de manos después de una supuesta transgresión moral”, aclara Ward.
En el segundo experimento, se pidió a los participantes que escribiesen acerca de un momento en el que actuaron de forma inmoral y luego tuvieron que realizar un test de inteligencia irresoluble. La prueba tenía 10 preguntas y cada participante recibió un documento con las respuestas colocadas boca abajo en sus escritorios; también se les dijo que quien resolviera el test correctamente recibiría un billete de lotería (un incentivo para hacer trampa). Los resultados revelaron que hasta un 23% hizo trampa en el examen.
“Nuestro segundo experimento mostró que las personas que tienden a confiar en sus instintos son menos propensas a ser infieles tras reflexionar sobre un momento en el que se comportaron de manera inmoral. Creemos que esto se debe a que la gente trata de compensar el mal comportamiento en el pasado al actuar moralmente en el presente, y que esta tendencia a tratar de compensar las acciones pasadas puede ser especialmente pronunciada entre las personas que confían en la intuición”, sentencia Ward.
El estudio ha sido publicado en la revista Personality and Individual Differences.
Con información de: Muy Interesante
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