Los subproductos del whisky pueden ser transformados en biocombustibles, lo cual puede reducir el consumo de gasolina y disminuir las emisiones de gases que contribuyen al calentamiento global.
Escocia es el mayor productor de whisky del mundo. El profesor escocés Martin Tangney ha descubierto cómo usar los desechos de la destilación del whisky y convertirlos en biobutanol, un alcohol que puede ser usado como combustible.
“En la producción de whisky, menos del 10 por ciento de lo que sale de la destilería es realmente un producto primario”, dice el Dr. Tangney. “Casi todo el resto son estos dos residuos no deseados –cerveza de malta y cebada.
Estos residuos se combinan para crear un nuevo material crudo. Y al adaptar un proceso de fermentación que data de un siglo, se convierte en biobutanol. Tangney dice que el biocombustible basado en el whisky da más postencia que el bioetanol, que se hace de la caña de azúcar o del maíz. No se prevé que el biobutanol reemplace a la gasolina, sino que se mezcle con ella. También es posible usar este combustible en aviones y barcos y en calentadores.
Tangney es director de centro de investigación de la Universidad Napier de Edinburgh.
Con información de: VoA
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