El único mamífero volador es el murciélago o quiróptero, un animal cuya adaptación al medio le llevó a desarrollar unas potentes alas. Éstas están formadas por una fina membrana, de nombre patagio, que une las extremidades anteriores con el cuerpo, las patas y la cola.
Hay muchos tipos de murciélagos, con tamaños que oscilan entre 30 milímetros y 1,5 metros y pesos que van desde los 2 gramos y el kilo y medio. El más pequeño es el murciélago moscardón (Craseonycteris thonglongyai), mientras que el más grande es el zorro volador filipino (Acerodon jubatus).
Aparte de las alas, son también muy características en el murciélago las orejas, de gran tamaño y con un funcionamiento similar al de un radar: emiten y perciben ultrasonidos permitiendo el vuelo y la caza en condiciones de oscuridad.
En efecto, los murciélagos son animales nocturnos y permanecen además aletargados en invierno.
Eligen para ello lugares de poca luz, normalmente cuevas, colgándose de las patas boca abajo.
Aunque los murciélagos provocan cierto rechazo por su apariencia, lo cierto es que son animales inofensivos.
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